Sujeto o recurso

Hay una cosa que no entiendo muy bien. En el fondo, una empresa es una organización, una herramienta, un instrumento, un recurso que uno, varios o muchos ponen en marcha en un momento dado, como la fórmula más eficaz de conseguir unos resultados que de forma individual sería imposible lograr. Es decir, la empresa es algo que ese grupo utiliza para conseguir resultados siendo el punto de partida una idea, un proyecto, una vocación o el fruto de la creatividad de una mente o de varias. Hasta aquí parece que la cosa está clara.

Cuando esa empresa crece suele necesitar de otras personas y es en este momento que se produce una situación muy peculiar, una especie de vuelta de la tortilla. La empresa deja de ser el recurso y se convierte en el sujeto, y las personas dejan de ser sujetos para convertirse en recursos. Recursos humanos concretamente, si alguien no ha caído en la cuenta. Pero, tranquilidad que no me voy a meter en un debate nominalista.

Lo que me llama la atención es ese cambio, ese giro. La razón por la que desde tiempos inmemoriales dejamos de ser sujetos para convertirnos en recursos junto al capital físico o monetario. Y tengo para mí que es ahí dónde está el gran problema. Cuando dejamos de ser sujetos nos convertimos en otra cosa. Quizás esta sea la razón por la que la gente intenta separar vida personal de vida profesional, tal vez porque en aquella se sigue sintiendo persona, sujeto y protagonista y en ésta mero recurso por muy alto que uno esté en la organización. Y no olvidemos que hay una ley no escrita y cada vez más evidente: cuanto más se asciendo en una organización más riesgo existe de volverse imbécil .

Por ello, cuando oigo hablar con tanta ligereza del talento no puedo evitar preguntarme que es lo que realmente se está buscando: ¿Mejores recursos que aporten mucho “valor”? ¿Millenials que son más frescos y baratitos aunque sepan mucho de lo digital? ¿Dónde está la búsqueda del talento? ¿Sólo hay talento digital? ¿Quién está buscando mejores sujetos/personas que sean capaces de darle la vuelta a la organización o una pequeña parte de la misma, y conseguir a través de ella las metas más altas para ambas partes, porque eso es de verdad el talento? ¿Qué se suele preguntar en los procesos de selección sino cuestiones en las que se recalca nuestro papel como recursos? ¿Quién nos pregunta qué queremos cambiar, como queremos modificar el mundo, cómo transformaremos la empresa, cuáles son nuestros sueños? ¿Quién nos entrevista como sujetos? ¿Cómo no vamos a ser objetos cuando se prescinde de las personas por su edad o no se las contrata por la misma razón?

En el magnífico libro-entrevista Empresa y Responsabilidad, Francoise Michelin decía que la mejor política consistía en “darle a cada uno los medios para que llegue a ser el que es y para satisfacer las necesidades que todavía son desconocidas. Por ello, los ciudadanos (y yo añado los trabajadores) tienen que ser sujetos y no objetos” ¿Quién nos dice “he ahí los medios para que cambies el mundo, para que soluciones lo que aún es desconocido?

Es posible que algún desocupado lector de estas líneas esté pensando que me estoy volviendo demasiado tierno porque estoy reflexionando acerca del mundo de Yupi. Creo que no. La modernidad utiliza mucho la palabra paradigma. Quizás haya que empezar a cambiar el paradigma que tenemos de la empresa como organización que sólo usa recursos (y en la que muy pocos parecen actuar como sujetos) para convertirse en una realidad en la que todas las personas sean sujetos y la organización el recurso. De lo contrario y aunque la tecnología ya no permita fotos como la de Chaplin, seguiremos siendo un engranaje más, un recurso más. Y un recurso es prescindible porque es intercambiable, una persona, un sujeto no, porque es único. Si no entendemos esto estamos bien jodidos.

Seguiremos con esto.