Hace cuatro semanas estuve en Málaga llevando a cabo un proceso de selección para uno de mis clientes. En las diversas entrevistas volví a detectar una realidad que ya antes me había llamado la atención: la cantidad de personas que están trabajando como comisionistas (autónomos) en el mundo comercial y para nuevas empresas. Y casi siempre, salvo raras excepciones, una parte muy importante de los gastos corría por cuenta del autónomo.

Esta semana he estado entrevistando gente en Madrid. Chicos y chicas jóvenes para trabajar en un puesto de servicio de asistencia técnica. Me he encontrado con personas que trabajaban jornadas amplias, con viajes para realizar reparaciones, con ya un nivel de cualificación profesional y hasta con cierto nivel de inglés (al menos técnico) que percibían un salario de 900 euros al mes.

He entrevistado personas de trabajo temporal a las que cuando llegaba la Semana Santa se les daba de baja para no pagarles las vacaciones y se les daba de alta el lunes de Pascua.

Estas situaciones me recordaban a aquél viejo chiste (y perdonen porque es un poco bruto) que decía más o menos así: Oye, ¿hacemos un sesenta y ocho? Y ¿eso qué es? preguntaba la otra parte. Muy fácil, tú me la chupas y te debo una.

Habrá mucha gente que alegará, al leer estas líneas, que es mejor eso que estar en el paro. Pues no lo sé, porque si en el paro me llevo 700 y no tengo gastos de desplazamiento, tal vez sea mejor estar en el paro dado que tampoco existe garantizada ninguna continuidad en el puesto de trabajo. Aunque, casi prefiero no seguir por aquí porque seguro que a algún listo le entran las ganas de rebajar la prestación.

En fin, creo que es necesario que haya empresas, que haya empresarios, que ganen dinero, que tengan incentivos por invertir y por arriesgarse. Pero tengo la sensación de que algo no funciona bien y que el modelo no es sostenible si lo que hay en un amplio sector de población es lo que yo estoy viendo.

Sospecho que eso, no nos va a hacer progresar en nada. Como mucho algún listo se irá con algo más de dinero a la tumba pero poco más.