Recuerdo que hace ya unos años, volviendo de un viaje de trabajo y pasando por un pueblo que formaba parte del Camino de Santiago pensé en los efectos positivos que podría tener reflexionar sobre ciertos aspectos de la vida profesional mientras se recorría parte del camino, aprovechando así un entorno que favorecía un Silencio que podía ser muy fecundo.

Compartí aquella reflexión con algunas personas cercanas pero no pasó de una conversación cariñosa y enriquecedora delante de un café.

Bastantes años después decidí retomar la idea que ya tenía bastante avanzada al menos desde el punto de vista conceptual. En mi cabeza había un nombre, Senderos de Silencio, que recogía perfectamente el nuevo enfoque que quería dar a mi presente y futuro profesional.

Todo esto lo comenté con mi buen amigo y compañero Antonio Ruiz López. Ambos hemos decidido impulsar Senderos de Silencio como el punto de partida de iniciativas centradas, de verdad y en serio, en la persona buscando su mejora y crecimiento y, también, el de los sistemas profesionales e interpersonales en los que estamos integrados.

Fruto de muchas horas de conversaciones y reuniones, cafés, papeles escritos, cambios de enfoques, dudas  y conversaciones con otros profesionales de confianza, y de gran valía profesional, hemos creado el Programa Reflexionar en el Silencio.

Llevamos unos días publicando pequeñas píldoras en Linkedin con el objetivo de darlo a conocer. Y, en este momento, escribo desde este blog aclarando  posibles dudas sobre lo que es Reflexionar en el Silencio y que sirva también para diferenciarlo de otros Programas.

¿Cuál es nuestra propuesta de valor?

Reflexionar en el Silencio es tomar como centro a la persona, facilitarla un entorno de Silencio y un tiempo de calidad, para que pueda desarrollar una reflexión profunda y serena sobre su vida profesional.

Nos enfrentamos a nuevas realidades que la tecnología pone delante de nosotros y que, a veces, nos hacen dudar de nuestra capacidad para seguir siendo actores y sujetos del mundo profesional en el que nos movemos. Un mundo, en cierto modo, desbocado, lleno de prisa, incertidumbre y que nos resulta difícil de comprender.

A mi juicio, asistimos a la progresiva despersonalización que muchas personas sufren en el mundo laboral. No deja de ser curioso que desde hace ya mucho en multitud de manuales, programas directivos y declaraciones de misión, visión y valores se pueda leer que la persona es lo más importante y el centro de la vida de la organización. Lo cierto es que demasiadas veces nada de eso acaba siendo cierto y la persona sigue siendo un recurso o instrumento y no un fin en sí misma. Contemplamos con cierta perplejidad como la persona se despersonaliza mientras las organizaciones (no digamos si son modernas y tecnológicas) asumen cada vez más rasgos que debieran ser propios tan solo de las personas. De seguir así, poco a poco dejaremos de ser sujetos y pudiéramos acabar convirtiéndonos en meros objetos. Reflexionar en el Silencio quiere que sea la persona quien protagonice su vida profesional.

Una vida diaria que devora sin tiempo para casi nada y en la que pedimos tiempo  para aprender a manejar ese tiempo, ¡qué paradoja! Nosotros mismos como consultores y a lo largo de nuestra experiencia profesional hemos sido testigos de la multitud de programas orientados a conseguir que las personas hagan, ejecuten, actúen, etc. Programas llenos de actividades, sin casi tiempo para pensar porque si no “la gente se aburre”.

Desde Senderos de Silencio postulamos la necesidad de reflexionar. Es hora de facilitar a la persona tiempo de calidad para ello. Todas las grandes decisiones han exigido reflexión y tiempo y ya casi nada de eso está disponible, hemos dejado que poco a poco desaparezca. Vivimos un mundo en el que nos cuesta prestar atención más allá de un cierto tiempo. Creemos que es el momento de prestarnos atención a nosotros mismos pero no para quedarnos ahí. Reflexionar en el Silencio antepone la reflexión a la acción.

Nuestro mundo es ruidoso, muy ruidoso. No solo es ruidoso por fuera, sino que el ser humano vive lleno de ruidos interiores. Buscamos facilitar para esa reflexión serena un entorno de silencio exterior que facilite el silencio interior.

Facilitamos una búsqueda de la excelencia por parte de la persona porque asumimos que esa búsqueda facilita el poder personal de cambiarse a sí mismo y de transformar la propia vida y, de nuevo, no quedarse ahí.

Reflexionar en el Silencio promueve y facilita pensar. Hemos observado, además, que en muchas ocasiones determinadas herramientas usadas para la reflexión o concentración, son usadas como algo exclusivamente orientado al bienestar personal, para sentirse bien olvidando nuestro papel en el mundo. Es el riesgo de caer en un cierto solipsismo. Reflexionar en el Silencio es para aquellos que quieran dejar un legado diferente para los demás.

Nuestro objetivo es que la reflexión sea para mejorar y como decimos “salir fuera”. Aquello en lo que se mejore ha de darse al mundo, a aquellos que están a nuestro alrededor. Tácito decía que “el hombre que reflexiona sobre su propia existencia está a punto de iniciar el camino que lo conducirá al encuentro consigo mismo”. Proponemos que desde ese encuentro se vaya al encuentro del otro, porque no vivimos solos sino en una constante relación. Hay un dicho hebreo que dice ¿Quién es honrado?, el que honra a los demás.

¿Cómo trabajaremos junto a las personas?

  • Además de facilitar las condiciones para que la persona disponga de tiempo de calidad, sereno y en silencio, la acompañamos en todo momento.
  • Pondremos a disposición del participante aquellas lecturas y textos que más puedan ayudar a facilitar la reflexión.
  • Propondremos preguntas acompañando a esas lecturas. Todo estará orientado a que esa reflexión sea fructífera.
  • Y especialmente, estaremos trabajando al final del Programa junto a cada participante para que pueda estructurar y ordenar aquello que se ha propuesto mejorar. Ayudaremos a construir el Plan de Mejora Individual y si se trata de un equipo ayudaremos, además, a estructurar el Plan de Mejora de Equipo. Todo ello desde una convicción muy profunda: solo desde la mejora personal será posible la mejora del equipo.

Reflexionar en el Silencio es una llamada al sentido de la responsabilidad de muchos profesionales que quieran tomar, de nuevo, las riendas de su vida. Ser mejores, buscar la excelencia ha de ser un imperativo de cada ser humano por sentido de servicio hacia el mundo que nos rodea.

  • Si quieres seguir creciendo interiormente.
  • Si quieres mejorar tu desempeño profesional.
  • Si quieres que tu liderazgo sea mejor y diferente (y no se es líder solo porque supervises a otras personas).
  • Si quieres que la calidad de tus relaciones profesionales sea mucho mejor y ello te permita mejorar y hacer crecer a los demás, y a la organización en la que te integras.
  • Si quieres que las personas asuman el protagonismo…

Si buscas, en definitiva, aportar al mundo, convertirte en tu mejor versión y de esa manera poder gestionar este “mundo desbocado”, Reflexionar en el Silencio es tu punto de partida.

Te esperamos.