Es muy complicado hablar de una persona y de su capacidad para gestionar una realidad nueva cuando no ha tenido ninguna experiencia profesional de ese tipo y solo me puedo guiar por la trayectoria profesional que ha tenido con anterioridad y por aquellos otros aspectos que sin estar relacionados con su trabajo futuro, nos pueden aportar pistas, porque nos hablan no tanto de su comportamiento pero si de su pensamiento. Y normalmente, el pensamiento precede a la acción. Intentaré hacer esto, respecto a Manuela Carmena, sin hacer demasiados juicios y valorando tan solo hechos.
Para mi hubiera sido interesante conocer (no he conseguido encontrar esa información) cuantas de sus sentencias fueron revocadas por una instancia judicial superior, tras la interposición de un recurso. Ese si sería un dato que me hablaría de profesionalidad y eficacia en su trabajo. Por lo tanto, por aquí poco puedo deducir.
Tampoco conozco el valor de su trabajo dentro de la estructura del Gobierno Vasco. En septiembre de 2011 fue nombrada asesora del Gobierno Vasco de Patxi López sobre atención a las víctimas de abusos policiales. He leído algunas cuestiones, alguna información sobre las retribuciones percibidas y diversas opiniones sobre esa etapa profesional. Pero no hay información, o al menos yo no he sabido encontrarla, que me permita hacer una valoración profesional y fundamentada en hechos y datos de su trabajo.
Por otro lado, hay tres realidades que no teniendo que ver con su trabajo directo, si me aportan alguna información sobre ella.
La primera hace referencia a la empresa de su marido. He intentado imaginarme si esa situación hubiera sido vivida por una candidata de derechas que hubiera sido juez. Sé que esto es opinión, pero me apuesto mi buena pasta a que habría habido voces señalando posibles simpatías, la dificultad de que un juez emplume a otros de su cuerda (aunque sea indirectamente) y todo ello acompañado del ruido propio de las redes sociales.
Al menos, se ha sacado en limpio una declaración suya afirmando que la empresa había que cerrarla porque no había ingresos y los gastos se iban acumulando. Es una buena declaración porque parece que comprende la situación de muchas empresas que han tenido que actuar igual. Quizás haya que recordárselo algún día.
El segundo hace referencia a la incorporación de una sobrina suya a ese Gobierno Vasco, más o menos cuando Carmena se desvinculó profesionalmente del mismo, para hacerse cargo del Servicio de Asistencia a Víctimas del Terrorismo en la Audiencia Nacional. Lo cierto es que esta sobrina no tenía ningún tipo de experiencia ni relación con ese mundo. No, no fue el mérito y la competencia la razón de ese nombramiento. La cosa sonaba a nepotismo. Pero en fin, esto no es más que una opinión.
La tercera es una revisión de unos videos con su participación en alguno de los programas presentados por Pablo Iglesias. Sus declaraciones relativas a quiénes deberían estar o no en la cárcel me han resultado, como poco, llamativas. Tomando como punto de partida esa frase atribuida a Concepción Arenal que dice “odia el delito y compadece al delincuente”, Carmena parecía odiar el delito sí, pero, tal vez, compadecer demasiado al delincuente.
En fin, la posibilidad de evaluar por hechos su trabajo no es fácil. La posibilidad de reflexionar respecto a su manera de pensar y a sus opiniones se presenta menos complicada y me da una idea del personaje. Y sinceramente, no me gusta. Pero es mi opinión. Por cierto, lo que si es para nota son las declaraciones de algunos de sus compañeros que apuntan a tener responsabilidades de gestión. Pero de eso hablaré otro día.
Imagino que si finalmente llega a ser la alcaldesa de Madrid deberá plantearse que una cosa es predicar y otra dar trigo. Deberá pensar y deberá comprender que el mundo es complicado, muy complicado, y que las simplezas propias de una campaña electoral no valen para dirigir un tinglado como el del Ayuntamiento capitalino. Que el viajar en metro no me hace mejor gestor, que declarar hermosas palabras no arregla las cosas. Deberá comprender que lo que saca de la pobreza es crear riqueza y que esa se expanda y se multiplique.
Mairena le decía a uno de sus alumnos: Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba: «Los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa». Luego le pidió que pusiera eso en lenguaje poético y el alumno, después de meditar, escribió: «Lo que pasa en la calle». A lo que Mairena respondió: no está mal.
En fin, obras son amores y no buenas razones. Me gustaría poder decir al final de su mandato lo que Mairena: no está mal. Veremos.
Me parece muy juicioso y nada partidista lo que expones en tu comentario.
Yo voté la lista de Manuela Carmena por simpatía con sus seguidores y su ideario (gente que conozco personalmente y de honestidad probada), pero te doy la razón en que obras son amores y no buenas razones.
Espero que en estos tiempos que tienen por delante no nos defrauden y no tengamos que decir «más vale lo malo conocido…»