Durante estos días he tenido la oportunidad de releer una breve obra de un historiador económico italiano, Carlo M Cipolla, titulada Las Leyes Fundamentales de la Estupidez Humana.

Cipolla mantiene que existen tres leyes respecto a una realidad que según él es “una de las más poderosas y oscuras fuerzas que impiden el crecimiento del bienestar y de la felicidad humana”: la estupidez humana.

¿Cuáles son esas tres leyes fundamentales de la estupidez humana?

La primera Ley afirma que “siempre e inevitablemente cada uno de nosotros subestima el número de individuos estúpidos que circulan por el mundo”.

La segunda Ley establece que “la probabilidad de que una persona determinada sea una estúpida es independiente de cualquier otra característica de la misma persona”. Es decir, con la modernidad por delante, la estupidez humana es transversal.

Por último, la Tercera Ley afirma que “una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener, al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio”.

No está nada mal, ¿verdad?

A mi juicio, es genial el gráfico que propone para conocer la distribución de los perfiles que él define según comportamientos, a saber: los incautos, los malvados, los inteligentes y los estúpidos.

En los tiempos que vivimos creo que muchos podrán descubrir situaciones y sujetos que les harán mirar a las tres leyes de modo que casi puedan pensar que es ciencia pura.

En fin, es un librito muy breve, sencillo y se entiende muy bien.

Léanlo, lo pasarán bien y se asombrarán de cómo Cipolla, usando una expresión moderna, lo clavó.