Joy

Joy es una película reciente del año 2015 y que cuenta la historia de una mujer con hijos y separada que inventó el «Miracle Mop», y que parece ser, hoy en día, la Presidente de Ingenious Designs, LLC. Está protagonizada por una excelente Jennifer Lawrence.

El personaje que nos encontramos es alguien que ha vivido una vida que, en el fondo no ha sido la suya, y no porque no sea una vida triunfadora, no tiene nada que ver, sino porque vive una vida hacia los demás sin que haya en ello nada de voluntario, nada de decisión personal. Su entorno ha ido desarrollando un comportamiento absorbente y escasamente agradecido sobre ella misma.

Es alguien que cuando tenía diez años era una persona creativa, imaginaba cosas y mundos. Pero la vida no ha sido con ella ni generosa, ni demasiado agradable. Separada, vive en una casa con una madre que no sale de su habitación, en la misma casa en el sótano vive su ex marido, y en el resto de la casa vive con sus hijos y su abuela, quizás la única persona que la entiende y que sabe lo que lleva dentro. A todo eso se unirá, para dar más vidilla al entorno, un padre bastante inconsciente.

Curiosamente, la película nos presentará una situación interesante desde la perspectiva del emprendedor.

La protagonista descubre la posibilidad de diseñar un artefacto capaz de facilitar el trabajo de aquellas personas, especialmente mujeres, que usan la fregona a diario. La película nos cuenta muy bien el proceso que sigue ella. En un momento dado tiene la intuición de que la fregona se puede mejorar, y facilitar de ese modo el trabajo y la higiene de miles de personas.

En una sucesión de escenas y diálogos, la película nos mostrará los pasos que un emprendedor habrá de dar hasta lograr ver su producto en el mercado, con los matices propios de una realidad como la americana tanto desde el punto de vista legal, como desde el punto de vista de las posibilidades de comercialización de un producto.

Y qué pasos serán esos:

1. Como se desarrolla una idea en la cabeza y como luego ha de diseñarse el producto.
2. Los aspectos legales implicados en la puesta en marcha de un producto con un diseño aparentemente nuevo.
3. La imperiosa necesidad de dinero, de financiación para poder seguir adelante.
4. La fabricación de las primeras unidades de manera artesanal y a pequeña escala.
5. La necesidad de contar con socios o colaboradores que ayuden a sacar adelante el proyecto con una mínima inversión y las dificultades inherentes (calidad de los socios) a los primeros pasos.
6. La comercialización del producto, con quien lo hago, cómo lo hago, quiénes serán mis socios en ese proceso. En manos de quien lo dejo. Un error en este momento puede ser fatal. Porque la idea puede ser excelente, el producto puede serlo también, pero si no se sabe vender en el mercado no hay nada que hacer. El buen envoltorio es esencial y eso la película lo deja bien claro.
7. Las dificultades si de repente alguien quiere comprar una cantidad excesiva de producto.
8. Como, a pesar de iniciales éxitos, estos de nada pueden valer si aquellos con los que has iniciado el proyecto no son de fiar, no ayudan, o se centran siempre más en el problema que en la oportunidad.
9. La necesaria lucha hasta el último momento y especialmente cuando es necesario tomar las riendas de forma muy directa y analizar qué es lo que está pasando con lu idea, con el producto, con el sueño.

En definitiva, situaciones que pueden ser plenamente familiares para cualquier emprendedor que lo haya intentado.

El personaje de Joy responde muy bien al concepto de persona creativa a la que hace referencia Robert Stenberg. Es alguien que decide ir en un sentido contrario a los demás, y que frente a los obstáculos, sabe que tiene el coraje necesario para enfrentarse a ellos y superarlos. La protagonista así ha actuado.

La película no tiene el aire de grandeza ni el glamour del éxito que otras historias parecidas han reflejado en la pantalla grande.

Al menos deja con la sensación de que el personaje no ha olvidado de dónde procede y cuáles fueron sus comienzos. No es poca cosa.

Si pueden, véanla.

PS. Por cierto que me sorprendió, y mucho, que en Estados Unidos no tuvieran el tipo de fregonas que se usan habitualmente en España.