A mis amigos A y C que están sufriendo, como muchos otros, esta situación.
Verá querido lector, yo me dedico, aunque a estas alturas lo habrá deducido, a esas cosas que se agrupan bajo la denominación genérica de recursos humanos.
En el pasado, lo hice trabajando en la empresa privada, incluso una pequeña época en el ámbito público, en posiciones directivas. Con el tiempo, me dediqué a esa tarea tan entretenida, y a veces difícil de explicar, que es la consultoría y más concretamente la consultoría de recursos humanos. Nadie es perfecto.
En todos estos años he podido escuchar a muchos importantes directivos (y no sólo de recursos humanos), a importantes consultores, a notables gurús (no sé si ahora son Top Ten) hablando del conocimiento, del talento y de cosas relacionadas.
Y en esas mismas intervenciones, todas esas personas siempre recalcaban que no se podía tomar la edad como un criterio de exclusión en un proceso de selección, que eso era desperdiciar talento, que había que centrarse en el valor que esa persona pudiera aportar con independencia de la edad. Y cuando yo escuchaba estas cosas pensaba: qué gente más maja, que ecuánimes, qué sensatos y qué preocupados por lo esencial.
Pero ¡oh vida cruel!, la realidad resulta que es muy diferente. Me encuentro con personas de una valía espectacular, hombres y mujeres, que llevan buscando en el mercado de trabajo desde hace ya mucho. Te enseñan las posiciones a las que han optado y piensas, caramba (bueno, utilizo otra expresión) ese puesto es para ti. Pues no, no es así. Al final esas posiciones se las dan a personas con menos experiencia, a veces con ninguna en ese ámbito, pero que parecen tener una cualidad muy valiosa: menos edad.
Y estas personas de más edad ya tienen asumido que no pueden aspirar a un salario como el que tenían antes, asumen que ya no tendrán los mismos beneficios sociales. Lo cual no deja de ser una muestra más del patetismo de nuestro mercado laboral, puesto que son personas que siguen sabiendo lo de antes y posiblemente más. ¿No es talento lo que se busca?
Es curioso, en este mundo de los recursos humanos resulta que menos acaba siendo más. Debe de ser una peculiaridad más de esta área. O tal vez, algo peor.
Conclusión. Demasiada mentira, demasiada milonga, demasiado artículo para quedar bien, demasiada entrevista diciendo que el talento…, demasiada conferencia afirmando que lo que importa es el valor aportado. En fin, a veces pienso que vivo en un país con una cultura empresarial y profesional de mierda.
Pero no pierdo la esperanza. Muchas de esas personas, a la vista del panorama, están optando por trabajar por su cuenta. Seguro que tarde o temprano podrán acreditar su talento y vivir del mismo. Lo espero de todo corazón y en la medida en que sea posible, ojalá pueda ayudar a ello.